viernes, 12 de noviembre de 2010

Efecto Pigmalión

Contexto Histórico
Pigmalión fue un escultor griego quien en su búsqueda por la mujer perfecta, realiza su mejor creación. La escultura de una mujer hermosa a quien llama Galatea, de la cual se enamora perdidamente.
Afrodita al ver tanto dolor de Pigmalión por no poder tener a Galatea, transforma a la escultura en una mujer real. A este increible suceso lo denominamos efecto pigmalión, y se basa en poner las energias en algo que sin saberlo luego ocurrira.



Efecto Pigmalión
En el plano educativo se ha estudiado el efecto Pigmalión y ha arrojado los siguientes resultados.
“David C. McClelland realizó un “Estudio de la motivación humana”, en el cual se encuentra un epígrafe dedicado al efecto pigmalión. En este apartado se explica que Rosenthal (1966) demostró como las expectativas o sesgos de un investigador influía en el comportamiento de los sujetos estudiados, independientemente del contexto o ámbito en que la investigación se llevara a cabo. Esta investigación la llevo al ámbito educativo, junto con Jacobson en el libro Pygmalion in the Classroom, donde se encuentran resumidamente, las conclusiones anteriormente expuestas en el apartado del efecto pygmalión en el ámbito educativo. A continuación, McClelland expone un estudio sobre un caso del ámbito escolar en el que se realizaron test de capacidades a alumnos negros del casco urbano de entre 7 y 11 años y del segundo al quinto grado. Una vez evaluados dichos test se les comunicó a los profesores que una mitad de cada clase, elegida al azar, era muy brillante mientras que de la otra mitad se dieron los resultados reales. Los resultados de esta investigación fueron que la mitad de las clases que se habían considerado más capacitados obtuvieron un progreso mayor al final de curso, siendo elegidos al azar, que la otra parte de la clase cuyos resultados comunicados al profesorado eran reales. También se observaron diferencias de rendimiento de un grado a otro. Como conclusión, McClelland defiende que, al considerar los profesores más inteligentes a ciertos estudiantes, éstos tienden a rendir más.”

Todos nuestros alumnos son capaces, solo debemos creerlo.

4 comentarios:

  1. Cuánta razón... si tienes fe en esa persona, y como maestro hay que tener mucha confianza y creer en nuestros alumnos, ya que eso les dará más confianza a ellos para seguir con más motivación y entusiasmo.

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  2. Muy interesante el efecto. Pienso en cuantos buenos alumnos tendríamos si las familias fueran los primeros en estimularlos, en creer en su transformación o evolución amándoles y depositando su fe en sus capacidades y habilidades.
    Saludos

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  3. Creo que la base de nuestra autoestima es que algun dia los demas crean en nosotros. Si nadie creyera y nos valorara no sabríamos cómo querernos a nosotros mismos.

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  4. Me recordó a la leyenda de G.A Bécquer " El beso" trata de un hombre que se enamora de la estatua de una condesa muerta.

    Es cierto, que si los alumnos ven a sus maestros como un modelo con autoridad intelectual se intentan superar a ellos y parecerse un poco a ese ideal. Interesante estudio y magnífica aportación Pami :)

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